La soledad y depresion

¿Soledad adecuada o inadecuada?

La soledad durante períodos más largos puede afectar al individuo y suele ser percibida como desagradable, causando depresión, aislamiento y reclusión, dando como resultado de una incapacidad de establecer relaciones con los demás. Los síntomas de una soledad impuesta y prolongada incluyen ansiedad, alucinaciones, o incluso distorsiones de la percepción y el tiempo. Sin embargo, si bien para muchos suele ser causa de depresión, para otros la soledad no es algo deprimente.

Los monjes, por ejemplo, la ven como una forma de iluminación espiritual. También hay filósofos que, además de recomendar llevar una vida tranquila y solitaria, ven a la soledad como una forma de alcanzar la excelencia. Ejemplo de ello es Arthur Schopenhauer, filósofo alemán que sostenía que "la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes."​ También hay psicólogos y psiquiatras que recomiendan aprovechar y disfrutar de los ratos de soledad, debido a que "nos permite descubrirnos y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos".

Un individuo puede buscar soledad física para eliminar distracciones y concentrarse o meditar más fácilmente. Aun así, no es el fin en sí mismo, y una vez se alcanza suficiente capacidad para ignorar las distracciones, la gente se vuelve menos sensible a ellas y puede mantener la concentración. Hay gente altamente entrenada (como los monjes budistas) que pueden alcanzar niveles de concentración superiores a pesar de las circunstancias externas. Dicha gente no desea interacción con el mundo físico: su atención es únicamente su propio mundo.

Las nuevas tecnologías conectan y socializan pero distraen e impiden la concentración y el descanso mental que se requiere para poder asimilar contenidos, planificar, crear e incluso leer con profundidad. En ese sentido, la soledad también es necesaria para una serie de procesos mentales que propician el equilibrio personal.

Efectos